lunes, 19 de septiembre de 2016

CAZA DE BRUJAS

La caza de brujas es la búsqueda de brujos, brujas o pruebas de brujería, que llevaba a acusar a la persona afectada de brujería, a un juicio y finalmente a una condena. Muchas culturas, tanto antiguas como modernas, han reaccionado de forma puntual a las acusaciones de brujería con miedo supersticioso y han castigado, o incluso asesinado, a los presuntos o presuntas practicantes.

La caza de brujas como fenómeno generalizado es característica de la Europa Central a inicios de la Edad Moderna. Base para la persecución masiva de mujeres (puntualmente también menores y hombres e incluso animales) por la Iglesia y sobre todo por la justicia civil, fue la idea, extendida entre teólogos y juristas, de una conspiración del Demonio para acabar con la Cristiandad.

El delito de brujería tomó su forma definitiva en Francia gracias fundamentalmente a la obra de Jean Bodin De Demonomanie des Sorciers editada en París en 1580 y en la que se determina que los brujos y brujas son culpables de quince crímenes: renegar de Dios; maldecir de Él y blasfemar; hacer homenaje al Demonio, adorándole y sacrificando en su honor; dedicarle los hijos; matarlos antes de que reciban el bautismo; consagrarlos a Satanás en el vientre de sus madres; hacer propaganda de la secta; jurar en nombre del Diablo en signo de honor; cometer incesto; matar a sus semejantes y a los niños pequeños para hacer cocimiento; comer carne humana y beber sangre, desenterrando a los muertos; matar, por medio de venenos y sortilegios; matar ganado; causar la esterilidad en los campos y el hambre en los países; tener cópula carnal con el Demonio.

Desarrollo de los procesos de caza de brujas
Los procesos en caso de brujería se hacían según el siguiente sistema:

Acusación. A menudo precedía a la acusación una fase de rumores que podía durar años. La acusación podía ser debida a una denuncia de una bruja o brujo que ya había sido detenido, posiblemente bajo tortura. Rara vez se permitía a las presuntas brujas una defensa.
Detención.
Las cárceles, en el sentido moderno, todavía no existían, por lo que se mantenía a los presos en mazmorras o torres. Las llamadas torres de brujas, que todavía se conocen en muchos lugares, no eran exclusivamente para brujos, sino para todo tipo de prisioneros. A menudo eran simples torres de las murallas de la ciudad.
Interrogatorio
Normalmente se distinguían tres fases: el interrogatorio por las buenas, el interrogatorio con explicación y muestra de los instrumentos de tortura y el interrogatorio doloroso, en el que se empleaba la tortura. En los casos de procesos por brujería, la limitación a una hora no era respetada, ya que se trataba de crimen exceptum (crímenes excepcionales), lo que exigía una dureza especial. En el Malleus maleficarum se recomendaba declarar la retoma ilegal de la tortura con pruebas nuevas como una continuación.
Pruebas a las brujas. 
Los procesos oficiales no preveían las pruebas de brujas, de hecho estaba prohibido su uso. Sin embargo, muchos tribunales en diversos lugares usaron este elemento. La valoración de las pruebas era tan distinta como su empleo. A veces servían como prueba fuerte, a veces como prueba débil. Las siguientes son las más conocidas:

  • Prueba del agua (judicium aquae, también llamada baño de la bruja), de la que existían dos variantes. Con agua caliente, el acusado debía sacar un objeto del agua hirviendo. Con agua fría, se descendía a la víctima atada a un pozo y si se hundía resultaba inocente (proceso en el que podía morir ahogada).
  • Prueba del fuego (empleada rara vez) agrupa a diversas pruebas en las que la bruja o brujo tenía que andar sobre o transportar hierro candente o meter la mano en el fuego.
  • Prueba de la aguja. Si se encontraba una marca del Demonio, se pinchaba con un hierro. Si la zona sangraba se consideraba buena señal.
  • Prueba de las lágrimas, puesto que se creía que quien ejercía la brujería no podía llorar.
  • Prueba del peso, porque se afirmaba que una bruja o brujo no podía pesar más de 5 kg, ya que tenía que poder flotar (prueba del agua) y volar.

Confesión.
 A comienzos del Renacimiento, nadie podía ser juzgado sin confesión – lo que también era válido para los casos de brujería. Pero, debido a que se ignoraban las habituales reglas durante la tortura, la probabilidad de obtener una confesión se multiplicaba enormemente con respecto a los procesos normales.
Interrogatorio para obtener cómplices. 
Según la ciencia de la brujería, las brujas debían encontrarse en aquelarres y por lo tanto una bruja debía conocer a otras. En un segundo interrogatorio se preguntaba a las acusadas por los nombres de otras brujas o brujos, a veces bajo nuevas torturas. Así se alargaba siempre más la lista de sospechosas, ya que, bajo tortura, siempre se acusaba a más personas. El resultado eran procesos en cadena.
Condena.
Ajusticiamiento
Al delito de brujería le correspondía muerte por fuego, es decir, la hoguera, en la que eran quemadas vivas. Como acto piadoso se consideraba el cortar la cabeza o ahogar antes o colgar un saco de pólvora al cuello.


Como matar a una bruja

COMO NO SE MATA UNA BRUJA:

 Echándoles agua.
Esto más que nada es una adaptación de una película, El Mago de Oz, cuando Dorothy derrite a la bruja del Oeste rociándola con agua.

 Quemándolas en leña verde.
Esto no funciona porque más que un “remedio”, era una tortura,  una forma de arrancar confesiones y advertencia al populacho. El cuerpo humano adulto tiene un 70% de agua, lo cual lo hace muy difícil de quemar, sin embargo, el cabello y otras vellosidades son muy fácilmente inflamables. Se necesita una temperatura de 250° F para incinerar un cuerpo, temperatura en que la grasa se empieza a fundir y quemar el cuerpo, más por el aire alrededor que por las llamas en sí.

La leña verde tiene más agua que la leña seca, por lo que tarda más en quemarse y su propósito sólo era hacer  el tormento más largo y doloroso.

 Llevarlas a un cementerio.
 De hecho, les encanta a las brujas; pueden conseguir tierra de camposanto (necesaria para muchos “trabajos”), cabellos, dientes, uñas, y otras partes del cuerpo .


COMO MATAR A UNA BRUJA

Para que sepa que no es bienvenida, clava un clavo en sus improntas en el piso. O clava unas tijeras abiertas en el dintel de tu puerta. O siembra corazoncillo en la entrada de tu casa.


Otro amuleto (La Botella de Belarmino, atribuida a Belarmino) se hace con una vulgar botella. Llénala de clavos y de un alfiletero rojo en forma de corazón lleno de alfileres. Este es un amuleto eficaz.

En el caso que una bruja coloque un hechizo en ti:
Hacer maleficios es como hacer llamadas con identificador telefónico: siempre puedes regresar el favor. Para regresárselo, llenaremos nuestra botella con :


  • Algunos clavos y/o alfileres
  • Un poco de tu sangre
  • Un mechón de tu cabello
  • Recortes de Uñas
  • Un poco de sal
  • Bastante orina (entre más caliente, mejor)

Con esto, la bruja retirará el hechizo. Incluso hay quien menciona que si todo esto lo taponas herméticamente y lo elevas a ebullición, o hasta que la botella reviente, matarás a la bruja, no sin antes hacerla sufrir mucho, hasta el punto de que la sangre hierva en sus venas.

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